sábado, 25 de febrero de 2012

Lobo de ciudad, cuento para contar

CUEPENTOPO BREPEVEPE


LOBO DE CIUDAD

Juancito subió al 221 con la túnica arrugada.
Era viernes, miraría dibujitos toda la mañana del sábado y seguramente su abuela haría buñuelos de manzana, con mucha azúcar.
Todo era perfecto, se acurrucó contra la ventanilla y miró el paisaje gris.
La voz de un vendedor ambulante le llamó la atención:
“Con el permiso de la abuela y de caperucita roja, y gracias a la gentileza del señor leñador, quiero decir, del señor conductor, vengo a ofrecerles el ofertón del viernes, BARATO, BONITO, ÚTIL, no cabe en la cartera de la dama ni en el bolsillo del caballero...”
A medida que pregonaba se acercó a Juancito, que lo miraba con los ojos redondos como platos.
Nadie le prestaba atención.
La señora de paraguas rojo iba ensimismada en su celular y el hombre barbudo, parecido al Che, tomaba mate pensativo,
Todos viajaban dentro de su burbuja.
Juancito le preguntó:_”¿ Qué vendés?”_
El lobo lo miró dulcemente, y con su enorme bocota llena de dientes, dijo:_” Un lobo feroz desocupado”_
_”¿Cómo quedaste sin trabajo?”_ preguntó el niño
El lobo suspiró y le dijo al oído:_” Los niños ya no se creen eso de que me como a las abuelas. Ahora las abuelas andan con celular y saben karate. Además caperucita roja cruza el bosque en scuter, no hay manera de ganarse la vida”_
_”¿Y qué sabés hacer? Dijo el pequeño
“_Bueno, puedo servir como perro guardián, como felpudo de puerta, también soy un práctico “calienta pies” y colgado en un perchero puedo imitar perfectamente un tapado de piel. Una señora me contrató una noche para trabajar de saco de piel, quería que una amiga suya se muriera de la envidia, es un poco aburrido, te diré”_
”¿Y salís muy caro? Por que yo ando necesitando un amigo que de noche me acompañe cuando mamá apaga la luz”_
Y el lobo, mojado hasta los huesos por la lluvia del otoño, monótona y fría, le dijo:
_ “Para vos, GRATIS. ¿ Me llevás?”_
_” Dale”_dijo Juancito y bajaron juntos en la próxima parada.
Por la ventanilla del ómnibus nadie vio a un niño de la mano de un peludo lobo feroz, que llevaba puesta una leñadora a cuadros rojos y una mochila que decía: ESCOLAR en la espalda.
Los dos se fueron saltando charquitos, debajo de un enorme paraguas multicolor.


Primer premio en el concurso " Cuentos para contar", organizado por el programa radial: "Entre cuentos y otras yerbas"

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